Crónica del octavo día del Festival. Películas vistas: Glorious, Vesper y LOLA
Siguiendo la estela dejada por La abuela, de Paco Plaza, hoy se ha presentado la película de terror española Viejos, de Raúl Cerezo y Fernándo González Gómez, un retrato de la vejez en clave de terror. Ambos han estado en Sitges para presentar la película.
Otro plato fuerte del día ha sido la presentación de Halloween Ends, de David Gordon Green. El director cierra una trilogía dentro de la saga formada por La noche de Halloween (2018) y Halloween Kills (2021), ambas preestrenadas en Sitges. La película ha sido introducida por un video grabado por Jamie Lee Curtis, en el que ha agradecido a los fans el apoyo a la legendaria saga en general y a su personaje en particular.
Yo empiezo mi día de cine muy temprano en el El Retiro viendo la película norteamericana Glorious, de Rebekah McKendry. La película arranca con Wes (Ryan Kwanten), un hombre que se está durmiendo al volante. Por eso para en una área de descanso hecha polvo y poco frecuentada. Aparte del cansancio, parece que acaba de romper con su novia; no para de dejarle mensajes en su buzón de voz y su coche está lleno de sus pertenencias. Desesperado, en lugar de descansar empieza a beber y acaba medio dormido medio desmayado en el suelo. Por la mañana despierta con un horrible resaca, sin pantalones y con unas horribles ganas de vomitar. Corre al destartalado lavabo. En el apestoso cubículo donde entra hay un "glory hole", un agujero que da al cubículo vecino. De allí surge una voz que le habla con tono amable. Tras la extrañeza inicial la voz se presenta como Ghat (al que presta su voz J.K. Simmons). Afirma ser una entidad, casi un dios y necesitar a Wes para, literalmente, salvar el mundo.
Glorious está basada por completo en su ingenioso guion. La película transcurre por completo en el área de servicio, en su mayor parte en su sucio lavabo. Ryan Kwanten aparece solo en pantalla la mayor parte del tiempo, sólo acompañado por la voz de Ghat. David Ian McKendry, Joshua Hull y Todd Rigne firman una comedia inteligente, con un protagonista ambiguo y un giro final excelente. Aparte de crear buenos gags, saben construir a un personaje protagonista de carne y hueso. Ryan Kwanten, muy bien acompañado por la voz de J.K. Simmons, realiza un trabajo actoral espléndido.
Bien escrita, bien dirigía y muy bien interpretada, Glorious es de esas películas que apuestan por un escenario limitado y un sólo actor, al estilo de Buried (aunque temáticamente no tiene nada que ver). Y gracias al buen hacer de todo el equipo la película funciona muy bien, es divertida, inteligente y tiene un final redondo.
A continuación voy al Auditori para ver la película de ciencia-ficción Vesper, de Kristina Buozyte y Bruno Samper. Ambos estuvieron en la sala para presentar la película y comentaron que crearon la historia en forma de fábula, para ser entendida desde una perspectiva emocional. La historia se ambienta en un futuro en el que el ecosistema de la Tierra está colapsando. Las anteriores generaciones apostaron todo a la manipulación genética y a la biotecnología, pero acabó por escapar a su control. En la actualidad sólo existen un puñado de ciudades bajo domos donde las élites viven bien y controlan el suministro de semillas de plantas comestibles. El resto de población malvive en un mundo en ruinas pasando hambre. La protagonista de la película es Vesper (Raffiella Chapman), una chica de trece años que vive con su padre Darius (Richard Brake). Darius está confinado a su cama como consecuencia de heridas sufridas cuando era soldado. Puede controlar a un dron desde allí, acompañando a su hija en sus salidas para buscar comida. Vesper es una hábil biohacker, capaz de modificar y estudiar organismos a pesar de su limitado equipo. Viven cerca de la casa de Jonas (Eddie Marsan), hermano de Darius, que mantiene allí bajo férreo y cruel control a un grupo de gente. Todo cambia cuando un vehículo aéreo procedente de un enclave se estrella cerca. Vesper rescata a Camellia (Rosy McEwen). Su presencia provocará cambios en su vida.
Vesper tiene una gran ambientación; aprovechando el tema de la biotecnología salida de madre, los directores plantean un entorno boscoso degradado por extraños organismos. Visualmente sacan mucho provecho de esto, creando imágenes potentes. El planteamiento en forma de fábula convierte a los enclaves, restos de la empresas, en los malvados, que controlan el suministro de comida y se lo reservan todo para ellos y explotan al resto del mundo para su bienestar. El personaje de Jonas, muy bien interpretado por el siempre competente Eddie Marsan, es un villano que ayuda a mantener el sistema ayudando a los enclaves a cambio de ser el que controla a la comunidad.
Vesper está bien planteada pero en mi opinión no demasiado bien resuelta. La ambientación y los personajes, bien interpretados por un buen casting, me parecieron buenos. La premisa argumental también me gustó, pero creo que no supieron finalizar la historia; prefirieron un final simbólico con una fotografía final potente sin ninguna lógica a uno más realista que, bien pensado, también podría ser potente.
Para terminar mi día de películas voy al Casino Prado a ver la cinta británica LOLA, ópera prima de Andrew Legge. El director y el productor Alan Maher estuvieron en la sala presentando la sesión. Las protagonistas de la historia son las hermanas Martha (Stefanie Martini) y Thomasina (Emma Appleton). Terriblemente inteligentes e imaginativas, hijas de una familia de la nobleza británica venida a menos, se criaron prácticamente solas. Durante la década de 1930 diseñaron y construyeron a LOLA, una máquina que les permite captar emisiones de radio y televisión del futuro. Las hermanas la usan básicamente para mejorar su posición económica y disfrutar de la evolución de la cultura, haciéndose fans de David Bowie y Bob Dylan antes de que nacieran. Pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial y los bombardeos alemanes las convencen para usar la máquina para ayudar a Inglaterra. Esto cambiará el curso de la historia de formas que ellas mismas no podían prever.
LOLA nos presenta un argumento muy interesante usando una forma narrativa muy particular. La historia está narrada a posteriori, narrada por Martha como si fuera una especie de documental compuesto por imágenes de archivo y grabaciones que realizaba ella misma con su cámara portátil. Este formato permite a Legge contar una historia ambiciosa que nos cuenta los peligros de intentar alterar el futuro con medios muy reducidos. Rodada en blanco y negro en 16 milímetros y con imágenes de archivo muy bien alteradas, la película está muy bien explicada y cuenta con muy buenas interpretaciones de las hermanas protagonistas. Un triunfo de esta edición del Festival.
(c) 2022 Jordi Flotats