TRIPLE FRONTERA

Netflix produce lujosamente una película que mezcla varios géneros; el thriller, el bélico y el cine de aventuras en una historia en la que cinco exsoldados se echan en la boca del lobo al intentar robar a un señor de la droga en su propia casa. Con un reparto muy acertado, que aprovecha las mejores cualidades de sus protagonistas y una dirección muy correcta de J.C. Chandor, Triple Frontera es una buena película que podría haber sido aún mejor con un guion más arriesgado.

J.C Chandor me parece un director muy interesante; debutó con la magnífica Margin Call en 2011, un retrato de la degradación moral del mundo financiero que causó la gran crisis de 2008. La película, narrada como un thriller y con un reparto espectacular, retrata las 24 horas previas a la caída de un banco de inversiones no muy distinto de Lehman Brothers. No vi Cuando todo está perdido, su segunda película, pero sí su interesantísimo tercer trabajo, El año más violento, un thriller ambientado en 1981, el año en que Nueva York registró más asesinatos. La película narra la historia de un empresario que muy a su pesar entra en una espiral que le conduce directamente a prácticas mafiosas. Ahora vuelve con Triple Frontera, un thriller lujosamente producido por Netflix que por desgracia se ha estrenado directamente en la plataforma televisiva sin pasar primero por salas de cine españolas. La película narra las desventuras de un grupo de veteranos de las fuerzas especiales que deciden robar a un señor de la droga que se esconde en la jungla amazónica. Chandor dirige con su habitual solvencia a un grupo de actores muy adecuado para sus papeles en una película cuya historia tiene más de lo que parece a primera vista.

La cinta arranca con el estadounidense Santiago "Pope" Garcia (Oscar Isaac) ejerciendo como consultor independiente para ayudar a la policía colombiana en la guerra al narcotráfico. Está en una zona del país situada en la "Triple Frontera", una región donde las fronteras de Colombia, Brasil y Perú están muy cerca unas de otras. Años de operaciones brutales y violentas no lo han acercado a Gabriel Martín Lorea, el hombre que controla el tráfico en toda la región. Pero acaba de conseguir una información muy valiosa: Lorea vive en una mansión en la selva en el lado brasileño de la frontera y guarda la mayor parte de su dinero en su casa. Esto le conduce a una idea: ajusticiarlo y robarle. Para llevarla a cabo, vuelve a Estados Unidos a reclutar a antiguos compañeros de su etapa en el ejército, todos veteranos de las fuerzas especiales como él. Contacta con los hermanos Miller; William "Ironhead", que ahora se dedica a dar charlas a militares y Ben (Garret Hedlund), luchador de MMA. También se pone en contacto con Francisco "Catfish" Morales (Pedro Pascal), un piloto que ahora afronta una suspensión. Todos coinciden en que sólo se apuntarán a la misión si lo hace Tom "Redfly" Davis (Ben Affleck), un antiguo oficial que ahora malvive vendiendo casas. Davis es muy reticente, nunca ha hecho nada parecido; toda la violencia que ha ejercido siempre ha sido al servicio de Estados Unidos. Agobiado por el dinero, finalmente acepta con la condición que debe haber el mínimo número posible de víctimas y ninguna que no sea combatiente.

El equipo se traslada a Brasil y una vez han realizado un reconocimiento de la mansión de Lorea, Davis traza un plan que les debería garantizar el mínimo de oposición y una ruta de escape en helicóptero que les dejaría en la costa peruana, donde les recogería un barco. Pero cuando el plan se confronta con la realidad, nada termina de salir como se espera; todo se complica en cada etapa. Además se dan cuenta que ejecutar una misión en beneficio propio es muy distino a hacerlo siguiendo órdenes. Eso les lleva a descubrir facetas de la personalidad de sus compañeros -y propias- que desconocían.

Por primera vez en su carrera J.C Chandor no se encarga por completo del guion; el proyecto de la película se inició en 2010 y el proceso de creación ha sido algo convulso, con varios cambios de productora, de director y de reparto. J.C. Chandor ha reescrito el guion original de Mark Boal, supongo que para llevar la película a su terreno. El resultado final es bastante bueno, aunque personalmente me parecieron más redondos los guiones de sus anteriores trabajos. La película arranca haciendo un esfuerzo para presentar a sus personajes, gente que ha dedicado los mejores años de su vida al ejército y que, de un modo u otro, han quedado marcados por esa experiencia, tanto en lo personal como en lo profesional, ya que las salidas laborales para exmilitares no son muy buenas. Y, como es natural, sienten que el ejército no les ha recompensado demasiado por esos esfuerzos; casi todos tienen problemas económicos y trabajos que no les gustan. Este esfuerzo por presentar a los protagonistas tiene recompensa más adelante; cuando empieza la acción y el peligro empatizamos con ellos, haciendo la película más emocionante. Me falló que no se dieran detalles sobre qué unió a los cinco protagonistas cuando estaban en el ejército, porque la complicidad y la hermandad entre ellos es muy fuerte durante toda la historia.

Tras la introducción y la prospección sobre el terreno, viene el asalto a la mansión del narco y tras eso la huida. Desde el asalto la película incrementa su ritmo narrativo e introduce algunas escenas de acción rodada de forma impecable. La tercera parte es más larga de lo que se podía prever de entrada e introduce elementos de aventura y un desarrollo extra de los personajes que se agradece. Esta parte conecta fuertemente con El tesoro de Sierra Madre, pero sin la valentía y la coherencia de esa película para llevar la historia hacia un final más coherente. El final me pareció que forzaba la conclusión de la historia para blanquear a los protagonistas, algo que en mi opinión era completamente innecesario.

Técnicamente la película me pareció impecable. La fotografía de Roman Vasyanov se recrea en los espectaculares escenarios naturales; me gustó mucho la iluminación tenue del asalto a la mansión de la selva y la forma en la que retrata las inhóspitas montañas que deben cruzar para llegar a Perú. J.C Chandor dirige con oficio, aunque sin tanta personalidad como en otros trabajos.

Los actores están muy bien elegidos para sus papeles. Exceptuando a Oscar Isaac, un actor capaz de interpretar muchos papeles distintos, los demás son menos versátiles, pero perfectos para sus roles en la película. Cada uno hace una buena composición individual de su personaje, pero lo que funciona mejor es la química entre ellos; su hermandad resulta muy creíble.

Triple Frontera es una película muy correcta; una historia muy entretenida sumada a una buena realización y un buen casting. Si el guion arriesgara más y explotara la codicia y la oscuridad de los personajes la película podría haber pasado de correcta a excelente.

(c) 2019 Jordi Flotats