HOUSEBOUND

Explosiva mezcla de terror, thriller y comedia

Housebound es el primer largometraje del director neozelandés Gerard Johnstone, responsable de la dirección y los guiones de la serie de televisión The Jaquie Brown Diaries. La película es una mezcla de terror y comedia realizada con un presupuesto muy ajustado. Estrenada inicialmente en el festival SWSX, ha cosechado un notable éxito en los festivales en los que ha sido presentada, ganando el premio del público en festival Dead by Dawn de Edimburgo y en el de Estrasburgo y el premio a mejor película en el festival internacional de cine fantástico de Neuchatel.

La protagonista de la película es Kylie (Morgana O'Reilly), una chica bastante salvaje, aficionada a la bebida y las anfetaminas que no duda en realizar pequeños robos para sacarse el dinero con que pagarlas. Tras ser capturada por enésima vez, el juez descarta internarla de nuevo en un centro de desintoxicación y la condena a arresto domiciliario en casa de su madre. Le colocan un brazalete en el tobillo y le prohiben salir del jardín de la casa, condenándola a vivir con Miriam (Rema Te Wiata), su sufriente madre y su calladísimo marido Graeme (Ross Harper). De vez en cuando Dennis (Cameron Rhodes), un asistente social y psicólogo, la visita para ir supervisando su evolución. Amos (Glen-Paul Waru), un guarda de seguridad que vive en el barrio, también se pasa a verificar que el brazalete hace su trabajo. Kylie encuentra la convivencia con su madre insufrible; no soporta su parloteo ni sus creencias en lo paranormal. Para su irritación, su madre insiste en que la casa está encantada desde que fueron a vivir allí; oye ruidos extraños e incluso vio una extraña aparición en el sótano. Ella se ríe de todo esto hasta que empieza a oír los ruidos ella misma. También experimenta sus propios momentos extraños, hasta el punto que ella y su madre deciden confesárselo a Amos, que resulta ser un investigador paranormal aficionado. Con su ayuda, descubren que la casa tiene un pasado tenebroso y que allí aconteció una muerte que puede ser clave para explicar los sucesos actuales. A medida que investigan y van descubriendo más cosas, la situación se va complicando, hasta el punto que sólo descubriendo qué sucedió en realidad podrán escapar del creciente peligro.

Housebound constituye una mezcla de géneros muy homogénea. Tiene bastante de película de terror, con una casa llena de ruidos, apariciones y cosas que aparentemente se mueven solas; mucho de whodunnit, con un asesinato del pasado sin resolver, posibles culpables y sorpresas; y muchísimo de comedia, con un humor que permea toda la película, en ocasiones de forma sutil, en ocasiones en forma de gags divertidísimos. Mantener este equilibrio es muy complicado; es fácil que la comedia se descontrole y quite toda la tensión al film, o que se rebaje demasiado y entonces sólo aparezca como puntuales gotas de humor negro. Pero en general la película lo consigue; sus momentos de tensión, especialmente al principio de la película, están muy bien realizados y no tienen nada de gracioso. A medida que va avanzando la historia, el terror da paso al misterio y al thriller, con algunas escenas al final tensas y violentas, puntuadas con algunos chistes geniales que no rompen el ritmo ni la tensión.

El gran guion de Gerard Johnstone consigue, aparte de jugar muy bien con los géneros cinematográficos, introducir un retrato de la relación familiar entre Kylie y su madre. Poco a poco, Kylie abandona la furia ciega adolescente que aún acarrea y logra ver a su madre y a su padrastro como personas; especialmente en el caso de su madre, de la que comprende que detrás del parloteo incesante y los convencionalismos que la rigen se esconde mucha tristeza por lo deteriorado de su relación. Esto hace logra que los personajes tengan la suficiente carne y huesos como para hacer que su destino importe al público, algo básico en una película. La protagonista, Kylie, magníficamente interpretada por Morgana O'Reilly es una joven irresponsable y de carácter fortísimo, cuyo internamiento en la casa familiar le hace sufrir una especie de regresión a la adolescencia. Los hechos de la película la obligarán a revisar su actitud y su relación con la madre. Una madre que es prácticamente su reverso; convencional, algo prejuiciosa y una fuente inacabable de cháchara. Rema Te Wiata la interpreta a la perfección, aportando un contrapunto cómico siempre bienvenido. También me gustó la elección de Glen-Paul Waru, el guarda de seguridad bonachón que constituye un buen contrapunto a a Kylie en la pareja de investigadores que acaban componiendo.

Housebound me ha parecido una muy buena película, un divertimento estupendo. Una mezcla de géneros que funciona a la perfección y logra tanto carcajadas como inquietar al espectador; una de esas películas que parecen simples pero que en realidad es muy complicado que funcionen. Imprescindible para los aficionados al terror y a la comedia.

(c) 2014 Jordi Flotats