Crónica del Domingo 11/10/2009

Crónica del décimo día del Festival. Mis películas: Accidents Happen, Cold Souls y The Imaginarium of Dr. Parnassus






Se ha dado a conocer la sesión sorpresa del domingo, que será la esperada segunda parte de la adaptación cinematográfica de la trilogía Millenium del sueco Stieg Larsson, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina de Daniel Alfredson, con los mismos protagonistas que en la anterior entrega, Michael Nyqvist, Noomi Rapace y Lena Endre.

Ivan Reitman ha recibido el premio Màquina del Temps del Festival antes del pase de su película más emblemática, Los cazafantasmas, una de las películas clave de la década de los ochenta, que introducía la comedia y los efectos especiales en el cine de fantasmas y que contaba con un reparto de excepción con Bill Murray, Dan Ackroyd y Sigourney Weaver. Reitman ha confirmado en Sitges que habrá una tercera parte de la película; al parecer ya tiene guión, será dirigida por él mismo y el reparto contará como mínimo con Sigourney Weaver.

Para la sesión de clausura y reparto de premios del Festival se ha proyectado The Road, del australiano John Hillcoat. The Road (La Carretera) es una adaptación de la novela homónima del escritor Cormac McCarthy por la que ganó el prestigioso premio Pullitzer. McCarthy también es autor de la novela en la que se basó No es país para viejos y que reportó un Oscar a los hermanos Cohen. The Road transcurre en un mundo post-apocalíptico (como no podría ser de otro modo en el Festival de este año), en que un conflicto ha dejado Estados Unidos casi despoblado e inhóspito; este mundo gris cubierto de ceniza un padre y su hijo emprenden un viaje desesperado para intentar llegar a algún sitio donde poder vivir.

Tanto John Hillcoat como el protagonista de la película, Viggo Mortensen están presentes en Sitges. Mortensen además recibirá el Gran Premio Honorífico del Festival en la ceremonia de clausura. Mortensen, que derrochó simpatía y sencillez, destacó el trabajo del director de fotografía, Javier Aguirresarobe para dar la ambientación gris que desprende la novela; de hecho bromeó sobre cómo se enfadaba cuando salía el sol y les arruinaba el rodaje. También remarcó la importacia de haber elegido correctamente al actor que interpreta el papel de su hijo, Kodi Smit-McPhee, del que destacó mucho su actuación y la buena química que hubo entre ellos.

 

Hillcoat señaló la dureza del rodaje de la película, siempre en invierno y en exteriores con cincuenta localizaciones a lo largo de cuatro estados. También alabó a Kodi Smit-McPhee por su talento y comportamiento y comentó que a priori le preocupaba meter a un niño en una historia tan dura como esta. También bromeó junto con Mortensen sobre la inclusión de la Coca-cola en la película (presente en el libro original) y de cómo enseñaron la escena rodada a la compañía para que les diera permiso, comentándoles que con Coca-cola quedaba mejor que con Pepsi.

Empiezo el día cinematográfico con la película australiana Accidents Happen, de Andrew Lancaster, un drama familiar cargado de humor negrísimo que cuenta la historia de la familia Conway, cuya vida quedó marcada por un accidente de tráfico en el que perdieron a una hija y que dejó a otro de sus hijos en estado vegetativo en el hospital. Años después, las vidas de los supervivientes (dos hijos adolescentes que viven con su madre, ya divorciada del padre a causa de la tragedia) están aún profundamente marcadas por el hecho. Pero otro accidente cambiará de nuevo la vida de todo el mundo.

Accidents Happen es una película con un guión muy sólido que retrata convincentemente a una familia; la historia es muy dramática en muchos momentos pero se evita casi siempre el melodrama; al contrario, a veces los momentos más dramáticos están impregnados de un humor negrísimo. Los actores realizan grandes interpretaciones, en especial Geena Davis, que encarna a la madre de la familia; un personaje agrio y bastante amargado con una lengua como una navaja de afeitar, pero dotada de un sentido del humor que la humaniza por completo. También destacables las interpretaciones de Harrison Gilbertson y Harry Cook, los dos jóvenes actores que intepretan a los hijos, completamente naturales y creíbles en todo momento.

En el apartado técnico, Accidents Happen también puntúa muy alto, con una fotografía impresionante que ya en la secuencia inicial del film deja con la boca abierta. Una gran película.

Después de Accidents Happen entro a ver Cold Souls, una película escrita y dirigida por Sophie Barthes que ha sido muy comparada por la crítica con los trabajos de Charlie Kaufman en Cómo ser John Malkovich o Olvídate de mí; y aunque al parecer a ella le molesta, debo decir que puedo ver porqué. En Cold Souls, Paul, un actor que está sufriendo mucho por interpretar a un torturado personaje de Chejov (Paul Giamatti), ve por casualidad un anuncio de una empresa que dice ser capaz de extraer el alma de sus clientes y ponerla a buen recaudo, y una vez hecho, dejar al cliente sin alma o ponerle otra importada de Rusia. Desesperado, Paul va a visitar a la empresa y se deja convencer por su director (David Strathairn) para dejarse someter al proceso.

Cold Souls es una película bien realizada que cuenta con muy buenas ideas, con toques de ciencia-ficción, comedia e incluso algo de filosofía, pero con escaso desarrollo argumental. La trama argumental de la película es muy básica, realmente no sucede mucho, pero la película es bastante larga. Casi todo el peso del film recae en sus grandes actores, que hacen lo que pueden. Paul Giamatti está, como casi siempre, colosal, aunque su personaje parezca pensado para el Woody Allen más neurótico; David Strathairn y Emily Watson se adaptan sin problemas a la comedia y la actriz rusa Dina Korzun realiza una composición muy buena de un personaje lleno de humanidad a pesar del trabajo que desempeña.

Cold Souls está bien realizada, tiene momentos muy divertidos, buenas ideas en el argumento y buenos actores, pero su guión me dejó frío y me aburrió en bastantes momentos. Lástima.

Para terminar el Festival voy al pase de The Imaginarium of Doctor Parnassus del británico Terry Gilliam, presentada por Samuel Hadida, uno de sus productores, presente en Sitges también por haber participado en la producción de Solomon Kane. Durante su rodaje se produjo la trágica muerte de Heath Ledger, que interpretaba uno de los papeles principales. Gilliam pensó en abandonar el proyecto, pero finalmente decidió proseguir pidiendo a Johnny Deep, Jude Law y Colin Farrell que se incorporaran al mismo para interpretar diferentes aspectos del personaje y así conseguir finalizar la película.

The Imaginarium of Doctor Parnassus es una película 100% Gilliam, un tour de force visual y de pura imaginación. Gilliam, coautor del guión junto a su colaborador habitual Charles McKeown, propone una historia que juega con el mito de Fausto; un juego interminable entre el diablo y un viejo místico, cuya actual apuesta es su hija de dieciséis años. Después de una vida de miles de años, el viejo subsiste con una barraca itinerante en la vive con su hija, un enano con el que le une una gran amistad y un joven que recogió de la calle. En su espectáculo permite a la gente entrar en su propia mente y allí recrear sus fantasías y acabar enfrentando una decisión que puede salvarle o condenarle. Pero no tiene mucho éxito, y para colmo su hija salva a un hombre al que han ahorcado en un puente de Londres (Heath Ledger) que despierta amnésico y decide quedarse temporalmente con ellos.

La elección de los actores es acertadísima; Christopher Plummer encarna fantásticamente a un Dr. Parnassus, viejo y castigado, pero con ganas de continuar su juego con un diablo muy bien personificado por Tom Waits; Waits es normalmente demasiado histriónico, pero en este caso el papel le va como anillo al dedo. Los dos jóvenes Lily Cole y Andrew Garfield resultan convincentes en sus papeles. Heath Ledger está realmente bien en el suyo, le aporta mucho carisma y encanto, los puntos clave de su personaje. Gilliam usó de forma muy inteligente la naturaleza de la historia para cubrir su ausencia y sus sustitutos realizan bien su cometido, en especial Johnny Deep.

The Imaginarium of Doctor Parnassus me pareció una gran película, la mejor de Gilliam en mucho tiempo y en la que vuelve por sus fueros con una historia llena de imaginación, humor y con unos personajes extraños pero que acaban conectando con el espectador. La película entretiene, hace reír, conmueve y en muchos momentos maravilla. No se puede pedir más.

(c) 2009 Jordi Flotats

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Subido por Jordi Flotats con fecha 27/10/2009 13:27:04