I'M A CYBORG BUT THAT'S OK

Un interesante cambio de registro de Park Chan-wook

Después de lo que se ha llamado su ´Trilogía de la venganza´, Park Chan-wook ha sorprendido a propios y extraños con su última película por su tono y argumento tan distintos a lo que ha venido mostrando hasta ahora. I´m a cyborg but that´s OK es una comedia romántica amable y colorista, pero su ambientación, argumento y forma de narrar la alejan mucho de las comedias románticas al uso, cosa que quizá hizo que se resintiera su recaudación en las taquillas surcoreanas.

La película narra la historia de amor entre dos pacientes de un hospital mental, ella, Cha Young-goon (Lim Su-jeong), cree que es un cyborg y por tanto no sólo no necesita comer, sino que comer puede estropear sus mecanismos internos; sólo se “alimenta” de unas pilas AA que lleva con ella, y él Park Il-sun (Rain), cree tener el poder de robar las habilidades y capacidades de los demás (y los internos le creen) y un miedo a encoger hasta desaparecer cuando las situaciones le superan.

La película tiene un arranque muy fuerte, que nos muestra a Cha Young-goon trabajando en una cadena de montaje de radios mientras oye en su cabeza las voces que le van dictando las instrucciones de montaje hasta que termina por enchufarse a la corriente.

Una vez en el hospital, conocemos uno poco más la historia de Cha Young-goon que fue criada por su abuela, que creía que era un ratón y sólo comía rábanos y que finalmente también acabó en una casa de locos. Su sueño es poder huir del hospital y rescatarla, pero para poder huir necesita desprenderse de sus emociones humanas (compasión, generosidad, gratitud, etc.) y cargarse de energía. Y ese es precisamente el problema, ya que literalmente está muriéndose de hambre.

Park Il-sun se relaciona con los demás internos (que son ciertamente variopintos, incluyendo una chica vestida de Heidi que canta estilo yodel) robándoles y devolviéndoles sus mayores talentos o defectos. Conoce a Cha Young-goon cuando ésta le pide que le robe la compasión (para poder huir). Pero una vez tiene su compasión, Park empieza a usarla para ayudar a Young-goon.

Uno de los puntos más distintivos de la película es la imaginería visual que despliega para mostrar al espectador el mundo tal como lo ven los pacientes del hospital mental, poniéndose como reto que al cabo de un rato su comportamiento no nos parezca extraño, sino completamente coherente con la realidad tal como la entienden. Y al menos conmigo, el experimento funcionó a la perfección.

Visualmente apabullante, la película recuerda mucho a Sympathy for Lady Vengeance por su soberbio uso de la imagen y del color para transmitirnos información y emociones y por la cuidadosa composición de los elementos de cada escena.

La música, como viene siendo habitual en las últimas películas de Park Chan-wook vuelve a ser un elemento destacable, teniendo en muchos momentos el compás 3/4 (presente también en fragmentos de Old Boy y Sympathy for Lady Vengeance) que marca a la perfección el ritmo de las escenas.

A diferencia de sus producciones anteriores de Park Chan-wook, I’m a Cyborg but that’s OK, a pesar de la ambientación y argumento, es una película amable que recalca lo necesario que es el amor en una realidad que es desagradable y demasiado llena de reglas la mayor parte del tiempo. Precisamente esa visión amable posibilita, que a pesar del tema la película funcione muy bien como comedia, teniendo gags francamente divertidos. En este film los personajes tienen algo menos de definición de lo que nos tiene acostumbrados en sus últimas películas, pero por narrar la realidad de forma alterada la película gana en espectacularidad y originalidad.

Mucha parte de la crítica ha calificado I´m a cyborg but that´s OK como un divertimento, una película menor dentro de la obra de Park Chan-wook. Yo no estoy completamente de acuerdo con estas opiniones, considero que esta película (al menos visual y narrativamente) no es tan distinta de Sympathy for Lady Vengeance y supone un paso más en su evolución como director. De hecho, en mi opinión, su dominio de la narrativa visual y de la composición y el ritmo convierten a Park Chan-wook en uno de los mejores directores de cine en activo.

(c) 2007 Jordi Flotats