NADIE

Nadie es una película de acción producida por uno de los creadores de John Wick, David Leitch, prácticamente garantía de buen rodaje y grandes coreografías de acción. La película, bien interpretada y con un tratamiento lleno de humor, no decepciona.

La trayectoria de David Leitch en el cine es curiosa; empezó como doble especialista en escenas de acción, trabajando con estrellas como Brad Pitt, pasó luego a director de segunda unidad y en 2014 codirigió John Wick junto a su socio Chad Stahelski, aunque sólo este último fue acreditado por el trabajo. El éxito algo inesperado de la película le llevó a producir sus dos secuelas y a dirigir Atómica, Deadpool 2 y Hobbs and Shaw de la franquicia Fast & Furious. Ahora vuelve como productor para Nadie, una película de acción para la cual ha reclutado al director ruso Ilya Naishuller, que ya demostró en su película de debut Hardcore Henry que estaba más que capacitado para el género. El resultado es una hora y media de entretenimiento total.

El protagonista de Nadie es Hutch Mansell (Bob Odenkirk), un tipo aparentemente aburrido. Casado con la bella Becca (Connie Nielsen) y con dos hijos (Gage Munroe y Paisley Cadorath), trabaja como contable en la empresa de su suegro (Michael Ironside) y visita regularmente a su anciano padre (Christopher Lloyd) en la residencia donde habita. Su vida es monótona y gris, y para colmo, un día que dos ladrones muy amateurs se cuelan en su casa para robar prefiere dejarlos ir a enfrentarse a ellos. Este hecho parece hacerle llegar al punto de ebullución y descubrirnos que antes de ser un tipo cualquiera se dedicaba a trabajos muy peligrosos. Cuando un grupo de tipos entra en el autobús que toma normalmente para llegar a casa se ponen a molestar a la gente, llega a su límite y tras una brutal pelea los manda a todos al hospital. El que sale más malparado de la pelea es el hermano de Yulian (Aleksey Serebyakov), un gangster ruso con una vena psicopática. Yulian está custodiando el dinero en efectivo pendiente de lavar de toda la mafia rusa de la ciudad, pero no está dispuesto a tolerar la afrenta y manda a sus sicarios a por Hutch. Esto acabará de descubrir quién es en realidad ese contable aburrido y provocará una ola de violencia desatada.

Como puede intuirse Nadie no es una película con un argumento complejo ni original, es una mezcla entre el cine de justicieros de los setenta y John Wick con una saludable dosis de sentido del humor que hace que la mezcla funcione sin problemas. Una de las grandes virtudes del guion, aparte del humor ya mencionado, es que es consciente de la superficialidad de la propuesta y evita entrar en momentos de emoción y exposición excesivos en los que suelen caer muchas películas de este tipo. Esto hace que los ajustados 93 minutos de duración de la película sean los ideales para entretener sin tiempos muertos que lastren al conjunto. El excelente casting además potencia la vis cómica de la historia y ayuda a llenar las carencias en la definición de los personajes. Bob Odenkirk, un excelente actor, convence tanto en su faceta de tipo aburrido como en la máquina de matar. Aleksey Serebyakov está también más que capacitado para encarnar a un villano extravangante y las adiciones al casting de dos actores tan entrañables para el público friki como Michael Ironside y Christopher Lloyd acaban de rendondear este apartado.

La dirección de Ilya Naishuller, combinada con la fotografía de Pawel Pogorzelski, dan lugar a una película vibrante y visualmente espectacular. La acción, parte central de la propuesta, está rodada de forma excelente, tanto en la coreografía como en los enfoques y movimientos de cámara. La cinta combina escenas de lucha cuerpo a cuerpo coreografiadas para parecer sucias y dolorosas como la fantástica pelea en el interior de un autobús entre el protagonista y un grupo de sicarios con otras con tiroteos masivos más deudoras del estilo de John Wick.

Nadie es una película cuya propuesta es tan absurda como desenfadada, pero endiablamente entretenida y un auténtico festín para los amantes del cine acción. La película condensa lo mejor del género sin caer en muchos de los errores que se suelen cometer. Su estilo visual elegante no quita que la película sea ultraviolenta -de una forma cercana al cartoon, pero eso no quita que lo sea- y por eso quizás no es plato para todas las mesas. Yo la disfruté mucho y pienso que los aficionados a la acción no se la pueden perder.

(c) 2021 Jordi Flotats