DAINIPPONJIN

Cine de monstruos japonés + Reality TV, el delirio

Dai Nipponjin es la primera película del cómico televisivo japonés Hitoshi Matsumoto, que junto con Masatoshi Hamada forma el dúo owarai Downtown con el que han cosechado un gran éxito en la televisión japonesa desde los años 80.

La película se presentó en la edición de 2007 del Festival de Cannes y fue unánimemente calificada por la crítica como la película más extraña del festival. Y la verdad es que sí que es rara, tanto por su contenido como por su forma. Dai Nipponjin es un mockumentary (o sea un documental falso) rodado en forma de reality en que un equipo de televisión, siempre fuera de plano, va siguiendo todo el día a Dai Sato (Hitoshi Matumoto), un hombre cuarentón con una melena desgreñada y vestimenta muy peculiar, que resulta ser la sexta encarnación de Dai Nipponjin (literalmente El Gran Japonés), un superhéroe que trabaja para el gobierno, defendiendo el país de monstruos. Básicamente, Dai Sato pasa los días matando el tiempo hasta que recibe una llamada del gobierno, viaja hasta una central eléctrica especial donde le conectan a la corriente, lo que le hace crecer hasta ser alto como un edificio, y vestido con un taparrabos y armado con un palo (enorme, como es lógico) va a combatir al monstruo de turno. Los monstruos, catalogados minuciosamente (se nos muestran sus fichas en pantalla), podrían ser los primos bizarros de Gamera. Y aún hay más: todos los combates se retransmiten por televisión, aunque desde hace un tiempo han ido perdiendo audiencia y van dándose en diferido cada vez más tarde. Y con la televisión entran las audiencias y los patrocinadores, Dai Nipponjin tiene patrocinadores y clubs de fans aunque últimamente su popularidad esté cayendo en picado. Pero a pesar de todo esto Dai Sato no deja de ser una persona normal, vive en una casa destartalada y llena de pintadas de sus detractores, está divorciado y tiene una hija pequeña a la que ve poco. Su abuelo al que quiere mucho, y que fue el cuarto Dai Nipponjin, está completamente senil en un asilo.

No cuento más, puesto que es mucho mejor verlo. La película es efectivamente muy rara, incluso dentro del cine japonés, porque la mezcla de géneros es explosiva: documental televisivo, comedia y cine de monstruos mezclados tan hábilmente que casi no se le ven las costuras. Por si fuera poco, también se logra un retrato a ratos conmovedor de un personaje público a su pesar, con pocas luces y poca madera de héroe, pero que a pesar de todo intenta cumplir con su deber y con lo que se espera de él sin quejas ni rebeldías (eso es muy japonés). Y en mi opinión la película funciona bien en todos los niveles, me reí muchísimo, pero también logré conectar con el protagonista.

Pero lo mejor de todo es el final. Si piensan ver la película no dejen que nadie se lo cuente. Dai Nipponjin cuenta con unos 15 minutos finales que son un colofón absolutamente perfecto a lo que se ha venido contando, un festival freak increíblemente divertido y a la vez una burla feroz del imperialismo y del intervencionismo tan en boga hoy en día. Tampoco se pierdan los títulos de crédito, son magistrales.

En definitiva, Dai Nipponjin es un película altísimamente recomendable, tanto para los amantes del cine más bizarro como para los amantes del cine en general, ya que la película se ríe de las barreras de género. Esperaré con muchísimo interés el próximo trabajo de Hitoshi Matsumoto.

(c) 2007 Jordi Flotats