Crónica del Sábado 13/10/2007

Crónica del décimo día del Festival Internacional de Cinema de Catalunya Sitges 2007. Películas del día: Blood Brothers, Mad Detective, Les Enragés du Cinéma Coréen, The City of Violence y Masters of Horror 2






Dado el extraordinario éxito de público de los dos pases de Blade Runner: The Final Cut, se ha programado un nuevo pase a las 11:00 con la presencia de Rutger Hauer, que ha contado también con un llenazo. A la izquierda de estas líneas podemos verle en la presentación de la película en el Auditori.

Encaro el último día de películas algo cansado pero preparado para mi día más largo de cine. Tempranito a las 10:00 acudo al Retiro a ver Blood Brothers, un film producido por John Woo y basado en su propia película Bullet in the Head. En este caso la ambientación se traslada al Shangai de los años 30, donde van a hacer fortuna tres amigos inseparables procedentes del campo. Pronto se verán envueltos en una banda mafiosa que tiene su sede en un night club, el Paradise y es entonces cuando se empiezan a separar sus caminos, hasta el punto de enfrentarse. Los paralelismos con Bullet in the Head son evidentes, pero la película no tiene punto de comparación. Y es mejor no compararlas porque Blood Brothers sale perdiendo en todas las categorías, la ambientación remite directamente a Cotton Club, los actores realizan un trabajo que sin ser malo no está a la altura de los de Bullet in the Head. Y donde se nota más la diferencia es en la energía y el ritmo característicos que desprenden los trabajos de John Woo en Hong Kong, que se echan mucho de menos en Blood Brothers. En fin, como película es lo bastante digna como para pasar un rato entretenido, pero para quien no ha visto Bullet in the Head, mejor que empiece por ella.

Blood BrothersA las 13:00 acudo al Auditori a ver Mad Detective (sección oficial), el último trabajo del maestro Johnnie To, que en esta ocasión comparte dirección con su colaborador Ka-Fai Wai, como ya había hecho en Help!!! (2000), Orphaned Male Widow (2000), Thin Body Man Woman (2001), Wu yen (2001), Fulltime Killer (2001), Fat Choi Spirit (2002), My Left Eye Sees Ghosts (2002), Love for All Seasons (2003), Turn Left, Turn Right (2003) y Running on Karma (2003). Ka-Fai Wai se ha encargado también del guión de la película.

Mad DetectiveMad Detective nos plantea una historia de polis de Hong Kong que en este caso persiguen a un ladrón y asesino muy peligroso e investigan la desaparición de otro polícia. El principal sospechoso es su compañero, pero no hay pruebas que lo incriminen. La particularidad de la película es que el principal protagonista es un personaje medio perturbado, medio iluminado, Bun, que había trabajado como inspector en la policía pero que tuvo que dejarlo precisamente por sus problemas mentales. Otro detective, Ho Ka-on, desesperado ante la falta de resultados, le pide ayuda con el caso. El inspector Bun puede ver las personalidades que tiene la gente dentro como si viera la auténtica persona, lo que lógicamente provoca equívocos. Sin ir más lejos, el sospechoso al que investigan tiene siete. Al mostrarnos el mundo tal como lo ve Bun y también tal como es, la película resulta un poco confusa a veces, pero sin llegar a presentar problemas de comprensión. El final de la película, tenso y violento, es 100% Johnnie To. La película, que pasó con moderado éxito por el festival de Venecia, me gustó, pero considero que está por debajo de alguno de las últimas películas de To como Exiled o Election 2.

Mesa redonda sobre cine coreanoEn la Sala Tramuntana se ha celebrado una mesa redonda sobre el cine coreano con turno de preguntas y respuestas posterior al pase del documental sobre el tema de Yves Montmayeur Les enragés du cinéma Coréen con la presencia del propio director, de Park Chan-wook y de Ryoo Seung-wan, que presenta la película The City of Violence en el festival. El documental se centra en el extraordinario auge del cine coreano en las últimas dos décadas, especialmente desde el cambio de régimen político donde pasaron de una dictadura militar a una democracia. La industria coreana, renovada por la hornada de realizadores jóvenes también cuenta con el respaldo mayoritario del público, que llena habitualmente las salas para ver producciones nacionales. Esto, alimentado por la vocación natural de estos ‘nuevos’ realizadores por el cine de género, ha permitido que un país pequeño como Corea del Sur (49 millones de habitantes) tenga hoy en día la industria cinematográfica más potente (al menos económicamente) de Asia, excluyendo Bollywood. Esta hornada de realizadores se formó en las universidades y se mantienen en contacto, dando lugar a un ambiente creativo muy rico y espoleándose para mejorar. En el documental podemos ver pequeñas entrevistas con Park Chan-wook, Kim Ki Duk, Kim Ji-woon, Jang Joon-Hwan, Bong Joon-ho, Ryoo Seung-wan o Kyu-Dong Min. Casi todos hacen hincapié en que su cine intenta combinar su visión personal del mundo sin perder de vista el favor del público, así como su afición por el cine de género. También inciden en remarcar que el particular tratamiento de la violencia y la paranoia en el cine coreano viene muy condicionado por la experiencia relativamente reciente de una dictadura juntado a la siempre tensa situación con su vecino del norte. En el documental se llega a comparar el estado actual del cine coreano con el esplendor del cine norteamericano en la década de 1970 donde un grupo de directores, también en contacto entre sí, pugnaban por reflejar la realidad de su sociedad sin perder el favor de la taquilla.

En el turno de preguntas posterior al pase del documental, a la pregunta de por qué el cine coreano cuesta tanto de encontrar en España, Park Chan-wook recalcó que su cine estaba en primer lugar dirigido al público coreano, pero que de todas formas intentaba eliminar tantos localismos en el comportamiento de sus personajes como le era posible, aunque el tema no le obsesiona, y puso el ejemplo de Pedro Almodóvar, que teniendo un cine muy personal y local ha triunfado internacionalmente. Achacó la poca llegada del cine coreano a las distribuidoras. En cuanto a sus referentes cinematográficos, citó entre otros a Buñuel, Bergman y Antonioni. También señaló que por su edad y la situación de su país, su generación vio todo el cine que quiso pero en orden distinto al habitual; por los problemas de Corea con Japón, el cine japonés no estuvo permitido en Corea hasta su adolescencia y juventud, por lo que creció con el cine de Hong Kong y americano. El cine europeo también llegó con problemas en esa época.

Cuando un espectador mejicano les preguntó si había un paralelismo entre la sintonía del grupo de directores mejicanos formado por Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu y la de su generación, tanto Park Chan-wook como Ryoo Seung-wan estuvieron de acuerdo en que sí. Declararon que se suelen reunir de vez en cuando para tomar unas copas y comentar sus proyectos. Seung-wan añadió (bromeando) que en esas reuniones nadie iba al lavabo por miedo a qué dirían de él mientras estuviera fuera.

Seung-wan comentó que una de las características distintivas de su cine y también del cine coreano es que no se limita a observar la violencia, sino también a experimentar con ella. Entre sus referentes cinematográficos citó a Sam Peckinpah.

Ryoo Seung-Wan en City of ViolenceA las 17:00 en el Auditori Seung-wan presentó su último trabajo, The City of Violence (sección Premiere). The City of Violence es una película de acción con más y con menos de lo que suelen ofrecer las películas de lucha típicas. Más historia, más transfondo y con personajes más definidos y menos seriedad en las escenas de acción. Porque a la vez que la película nos sitúa una historia turbia de especulación inmobiliaria en una ciudad de provincias de Corea donde se verán enfrentados un grupo de amigos de la infancia a raíz de la muerte por asesinato de uno de ellos, la película tiene muchos brotes de humor gamberro, empezando por las escenas de lucha, que aunque muy espectaculares, tienen en muchos momentos aires de videojuego. En definitiva una película muy interesante, vale la pena seguir la trayectoria futura de este director.

Para cerrar el festival voy a las 22:15 a la Sala Tramuntana para ver tres capítulos de la segunda remesa de la serie Masters of Horror. Esta serie se concibió como un conjunto de capítulos de una hora dirigidos por directores importantes dentro del género. La intención era que cada capítulo, por medios y calidad fuera como una minipelícula. Y en la primera remesa lo logró bastante, consiguiendo capítulos de gran calidad como Imprint (Takashi Miike), Dance of the Dead (Tobe Hopper), Homecoming (Joe Dante) o Cigarrette Burns (John Carpenter). Los tres capítulos que pude ver, The Screwfly Solution (Joe Dante), The Washingtonians (Peter Medak) y The Black Cat (Stuart Gordon), no lo logran tanto. El denominador común entre los tres parece ser el presupuesto, se ven rodados con menos medio que en la primera temporada, nadie los confundiría con películas.

The Screwfly Solution, de Joe Dante, basado en el relato homónimo de James Tiptee, parte de una propuesta muy interesante, más de ciencia-ficción quizá que de terror, pero comete el error de enseñar mucho sus cartas desde los títulos de crédito, perdiendo el factor sorpresa desde el primer instante. El desarrollo del capítulo también es completamente previsible. A pesar de eso, el capítulo resulta entretenido. Por desgracia es muy inferior a Homecoming, la aportación de Dante a la primera temporada de Masters of Horror.

The Washingtonians, dirigido por el veterano Peter Medak, un director que ha desarrollado la mayor parte de su carrera en la televisión, puede calificarse de terror sólo a duras penas. Una familia se muda a una casa y en el sótano descubre unas cartas que dejan en entredicho la calidad humana de un icono norteamericano: George Washington. Partiendo de este punto se verán perseguidos por una sociedad (ejem) secreta que pretende a la vez ocultar el secreto y honrar la memoria del Washington “malo”. El capítulo tiene algunas situaciones y gags divertidos, pero el desarrollo global y sobre todo el chascarrillo final, son poco satisfactorios.

The Black Cat, de Stuart Gordon, adapta el cuento del mismo nombre de Edgar Allan Poe y a la vez lo convierte en su protagonista. Un Poe muy bien caracterizado por Jeffrey Combs intenta escribir un cuento de terror para vender a un periódico y ganar algún dinero mientras combate su alcoholismo y su mujer está muriendo de consunción. El gato de su mujer empezará a molestarlo mucho, y aquí empezará el carrusel de sangre y violencia explícita (que no recordaba del cuento de Poe). Gordon, con su falta de sutileza habitual, destruye en unos minutos la atmósfera que había logrado conseguir al principio del capítulo y de paso manda al garete una historia de un clásico de la literatura. En mi opinión un trabajo nefasto.

 

(c) 2007 Jordi Flotats

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Subido por Jordi Flotats con fecha 21/10/2007 01:55:19